El Libro de la Creación (1)

El Libro de la Creación es fundamental en el
desarrollo de la mística judía de la Cábala. Ahora comenzaremos a detenernos en
cada una de las partes de esta obra. En la primera parte se introducen las treinta y dos vías misteriosas de la
sabiduría
a través de las cuales Dios ha creado el mundo. A través de treinta y dos vías misteriosas
de sabiduría el Señor de los Ejércitos ha trazado [su universo] de tres
maneras: con la escritura, con la cifra y con el relato.
El relato es la
manera infinita en las que se pueden combinar las cifras: Con ellas examina, prueba y conoce, piensa, imagina, establece cada
cosa en su esencia y sitúa al Creador en su sitio.
Se trata de las diez
cifras o nombres primordiales (sefirot)
y las veintidós letras del alfabeto hebreo. Las sefirot se convertirán en la
Cábala en las diez emanaciones de Dios en el Árbol de la Vida. El autor trata
de entender a las sefirot  como las Jayot
de Ez 1 que se postran y obedecen las órdenes de Dios. Diez cifras sin más, su apariencia es como la visión de un rayo y su
límite es infinito. La palabra que está en ellas va y viene. Corren hacia lo
que ordenó Dios como un huracán, y ante su trono se prosternan.
 Estas vías son abstracciones ideales y
representan el Espíritu de Dios, los tres elementos principales de la
naturaleza y las seis dimensiones del espacio a partir de las cuales todo fue
creado. De la primera sefirá se identifica con el Espíritu de Dios, de la cual
emanará el aire primordial a partir de cual Dios creara las ventidós letras del
alfabeto. Diez cifras sin más. Uno: es el
Espíritu del Dios vivo. Bendito y loado sea el Nombre de la Vida de los mundos,
voz, soplo y verbo. Este es el espíritu santo. Dos: el aire viene del espíritu.
Con él traza y diseña las veintidós letras [fundamentales]: tres principales,
siete dobles y doce simples. Y el aire es en todas una de ellas
(la alef).
De este aire surge, a su vez, el agua y del agua el fuego. Tres: el agua viene del aire. Con ella traza
y diseña el caos y el vacío, el limo y el barro… Cuatro: el fuego viene del
agua. Con él traza y diseña el Trono de Gloria…
Del agua primordial, el caos
cosmológico, y del fuego, el Trono de la Gloria Divina y toda la jerarquía
angélica. Las seis sefirot restantes darán lugar a las dimensiones y
direcciones del espacio: arriba, detrás, oriente, occidente, sur y norte. 

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.