El Santo de los santos como cámara nupcial
Varios textos están en el génesis del entendimiento del santo de los santos como lugar destinado a encuentros eróticos que simbolizan la unión entre lo humano y lo divino en busqueda de la unidad alguna vez perdida. En otras entradas he mencionado el caso del Cantar de los cantares y de la novela de José y Asenet. En Filón de Alejandría encontramos un texto notable que habla de los querubines sobre el arca de la Alianza. Estos querubines se miran el uno al otro. Recordemos que el arca de la Alianza se entendía, según algunas tradiciones, como el trono de Dios y se ubicaba en el Santo de los Santos. Cada querubín representa un atributo divino fundamental que se encuentra separado de su otra mitad, pero que volviéndose al Trono divino y mirándose uno al otro, recobran la unidad primordial. El santo de los santos se configura como el lugar donde lo que está dividido se vuelve hacia la unidad. “Pues es necesario que las potencias, creadoras y reales, se vuelvan la una hacia la otra para contemplar su respectiva belleza y, al mismo tiempo, estén de acuerdo por el bien de las cosas que han sido creadas. En segundo lugar, puesto que Dios, que es Uno, es a la vez Creador y Rey, por naturaleza las potencias, si bien divididas, se reúnen nuevamente. Ya que era útil que estuvieran divididas, para que una pudiera obrar como creadora, la otra como soberana. En efecto, tales funciones son distintas. Y las potencias fueron asociadas de modo distinto por la eterna yuxtaposición de los nombres, para que la potencia creadora participase de la real y la real de la creadora. Ambas se vuelven hacia el Trono de Misericordia. Puesto que si Dios no hubiera sido clemente con las cosas existentes, ninguna coas habría sido creada a través de la potencia creadora, ni ordenada a través de la potencia real” (Questiones et solutiones in Exodus 2,66).
En el Evangelio de Felipe se habla que en “Jerusalén había tres edificios dedicados al sacrificio. Uno, vuelto hacia occidente era llamado el “Santo”. Otro, vuelto hacia el sur era llamado el Santo del Santo. El tercero, vuelto hacia el este, era llamado Santo de los más Santos…el Santo de los más Santos es la cámara nupcial”. En este caso es en la cámara nupcial donde lo que está dividido encuentra su unidad primigenia.
En el Midrash Tanhuma comentando el Cantar de los cantares se menciona al Templo en general: “Su tálamo” [de Salomón] es el Templo. ¿Y por qué el Templo es parangonado con el tálamo? Como este tálamo sirve para fructificar y para multiplicar, así también el Templo: en él cualquier cosa era fecunda y se multiplicaba”. Esta unidad primigenia que se encuentra rota es un motivo que hunde sus raíces en las tradiciones relacionadas con la perdida de la gloria divina por parte de Adán. Esta idea no sólo está implícita en el tratamiento que hace San Pablo de los dos adanes.
También en el Apocalipsis de Adán leemos: “Dios, el soberano de los eones y de las potencias, nos separó con cólera. Entonces nos convertimos en dos eones y la gloria en nuestros corazones nos abandonó, a mí y a vuestra madre Eva”. Pero la idea, insisto, más que en enfatizar la división es procurar la unificación en lo más íntimo del ser humano, del cosmos, de lo divino, y del templo: el santo de los santos. Para más detalles: Moshe, Idel, Cábala y Eros, Siruela, Madrid 2009, p.50.78.