El rostro de Dios-la gloria de Dios en La escalera de Jacob

En el capítulo
28 del Génesis se describe el lugar de la visión de Jacob como terrible”,“casa de Dios y Puerta del Cielo (28,17).  La visión se expresa en la siguiente manera: una escalinata, plantada en tierra, tocaba con el
extremo el cielo. Mensajeros de Dios subían y bajaban por ella.
28,13: El Señor estaba en pie sobre ella y dijo:
—Yo soy el Señor, Dios de Abrahán tu padre y Dios de Isaac. La tierra en la que
te encuentras te la daré a ti y a tu descendencia
(Gn 28, 12-13).
En el capítulo 32 se nos narra el encuentro de Jacob con un hombre con el que
peleó toda la noche y que finalmente le bendice después de llamarlo Israel
porque porque has luchado con dioses y hombres y has podido (32,29).  Jacob llama a este lugar Penuel porque “He
visto a Dios cara a cara, y he salido vivo
” (32, 30). Estas
dos historias están a la base de una fértil especulación esotérica y rabínica
contemporánea al tiempo de Jesús. Uno de los ejemplos que más hemos estudiado
en este blog es la obra conocida como La
escalera de Jacob
que nos ha llegado a través de las versiones en antiguo
eslavo. En este texto vemos que la escalera de la visión de Jacob  tiene 12 escalones, en cada uno de ellos el
patriarca contempla dos rostros (24 en total). En la cima (o en medio pero
sobresaliendo, la traducción no es clara) destaca un rostro como de hombre  todo de
fuego
con una apariencia aterradora. Este
rostro se identifica con la visión de la gloria (Kavod) de Dios.  La relación entre el rostro de Dios y su gloria
no es exclusiva de La escalera de
Jacob
. En el libro del Éxodo Moisés le pide a Dios que le muestre su gloria
(33,18) a lo que Dios responde diciendo “mi rostro no lo puedes ver, porque nadie puede verlo y quedar
con vida
” (33, 20). En el campo de la apócrifa encontramos
la misma identificación rostro-gloria en el 1Enoc 14, 21 cuando el héroe habla
del rostro del Glorioso y Excelso no  puede verlo ningún hombre. Otro ejemplo
lo encontramos en el 2 Enoc cuando el patriarca dice que Gabriel (el ángel) lo
llevó delante del rostro del Señor, y vi
al Señor cara a cara: su faz irradiaba poder y gloria, era admirable y terrible
e inspiraba a la vez temor y pavor
(9,9-11). En el caso de La escalera de Jacob la contemplación
del rostro- gloria se identifica con la visión del trono divino donde el rostro
es a la vez el rostro de Jacob. Para más
detalles: Orlov, Andrei, потаенные Книги: иудейская мистика в славянских
апокрифах. 2011, p. 71-82

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.