La caída de Adán y la envidia de los ángeles en la Vida latina (y Georgiana) de Adán y Eva .
En
la entrada anterior vimos que la la idea de la caída de los ángeles en el Evangelio de Bartolomé se debía a la
envidia que les produjo la imagen de Adán. La misma idea la encontramos también
en la Vida latina de Adán y Eva. El diablo le recrimina a Adán entre
lágrimas que toda mi hostilidad, envidia
y dolor vienen por ti, ya que por tu culpa fui expulsado de mi gloria y
separado del esplendor que tuve en medio de los ángeles….Y es que cuando
Dios presentó a Adán a los ángeles para que lo adorasen exclamó: He aquí que hice a Adán a nuestra imagen y
semejanza. Pero el diablo se negó a adorarlo diciendo: No, yo no tengo por qué adorar a Adán. Como Miguel me forzase a
adorarte, le respondí: ¿Por qué me obligas? No voy a adorar a uno peor que yo,
puesto que soy anterior a cualquier creatura y antes que de que él fuese hecho
ya había sido hecho yo. Él debe adorarme a mí, y no al revés. Al oír esto, el
resto de los ángeles que estaban conmigo se negaron a adorarte. Miguel me
insistió. Adora la imagen de Dios. (AdEvLat 12-17). Cabe notar que la alegación de Sátanas es verdadera, él tiene privilegios ante Adán por ser anterior. Y es que no comprende la lógica de Dios que se repetirá varias veces en las escrituras donde «el mayor ha de servir al menor» (Gn 25,23). Es el caso de Esaú y Jacob, de José y sus hermanos, etc. Es también remarcable el paralelo entre Juan Bautista y Jesús, quienes revierten la dinámica primordial del pecado de Satanas (Jn 1,26-27.30).
La versión georgiana agrega un antecedente interesante a través de la conversación entre Satanas y la serpiente que posteriormente tentará a la mujer. El dialogo comienza cuando el primero invita al segundo a acercarse: «Levántate y ven para que te enseñe palabras de provecho». Entonces la serpiente se acercó y el diablo le dijo: «Yo escuché que tu eres más sabio que todos lo animales de la tierra y he venido a comprobar tu sabiduría, porque como sabrás Adán alimenta a todos los animales, incluyéndote. Cuando todos los animales se inclinan delante de Adán cada día, cada mañana, tú también te inclinas. Sin embargo, vosotros fuisteis creados antes que él, y así y todos, os inclináis delante de él. Y, ¿por qué coméis un alimento inferior al que se le da a Adán y a su esposa de los frutos del paraíso? Ven y escuchad me para que podamos expulsar a Adán de la muralla del paraíso tal como nosotros nos encontramos fuera. Tal vez podamos nosotros, de algún modo, entrar al paraíso de nuevo» ([44] 16,1-3). La versión georgiana es la única que contiene este relato de la tentación de la serpiente. La versión griega, a diferencia de la latina, ni siquiera conoce el relato de la caída de Satanas. Como sea, lo que nos interesa apuntar es a la semejanza de la caída del diablo y la serpiente en la versión Georgiana.
la entrada anterior vimos que la la idea de la caída de los ángeles en el Evangelio de Bartolomé se debía a la
envidia que les produjo la imagen de Adán. La misma idea la encontramos también
en la Vida latina de Adán y Eva. El diablo le recrimina a Adán entre
lágrimas que toda mi hostilidad, envidia
y dolor vienen por ti, ya que por tu culpa fui expulsado de mi gloria y
separado del esplendor que tuve en medio de los ángeles….Y es que cuando
Dios presentó a Adán a los ángeles para que lo adorasen exclamó: He aquí que hice a Adán a nuestra imagen y
semejanza. Pero el diablo se negó a adorarlo diciendo: No, yo no tengo por qué adorar a Adán. Como Miguel me forzase a
adorarte, le respondí: ¿Por qué me obligas? No voy a adorar a uno peor que yo,
puesto que soy anterior a cualquier creatura y antes que de que él fuese hecho
ya había sido hecho yo. Él debe adorarme a mí, y no al revés. Al oír esto, el
resto de los ángeles que estaban conmigo se negaron a adorarte. Miguel me
insistió. Adora la imagen de Dios. (AdEvLat 12-17). Cabe notar que la alegación de Sátanas es verdadera, él tiene privilegios ante Adán por ser anterior. Y es que no comprende la lógica de Dios que se repetirá varias veces en las escrituras donde «el mayor ha de servir al menor» (Gn 25,23). Es el caso de Esaú y Jacob, de José y sus hermanos, etc. Es también remarcable el paralelo entre Juan Bautista y Jesús, quienes revierten la dinámica primordial del pecado de Satanas (Jn 1,26-27.30).
La versión georgiana agrega un antecedente interesante a través de la conversación entre Satanas y la serpiente que posteriormente tentará a la mujer. El dialogo comienza cuando el primero invita al segundo a acercarse: «Levántate y ven para que te enseñe palabras de provecho». Entonces la serpiente se acercó y el diablo le dijo: «Yo escuché que tu eres más sabio que todos lo animales de la tierra y he venido a comprobar tu sabiduría, porque como sabrás Adán alimenta a todos los animales, incluyéndote. Cuando todos los animales se inclinan delante de Adán cada día, cada mañana, tú también te inclinas. Sin embargo, vosotros fuisteis creados antes que él, y así y todos, os inclináis delante de él. Y, ¿por qué coméis un alimento inferior al que se le da a Adán y a su esposa de los frutos del paraíso? Ven y escuchad me para que podamos expulsar a Adán de la muralla del paraíso tal como nosotros nos encontramos fuera. Tal vez podamos nosotros, de algún modo, entrar al paraíso de nuevo» ([44] 16,1-3). La versión georgiana es la única que contiene este relato de la tentación de la serpiente. La versión griega, a diferencia de la latina, ni siquiera conoce el relato de la caída de Satanas. Como sea, lo que nos interesa apuntar es a la semejanza de la caída del diablo y la serpiente en la versión Georgiana.
Mencionemos también algunas referencias