Crítica al templo de Jerusalén en el Libro de Tobías
El libro de Tobías, preocupado por el sufrimiento del justo, fue escrito en las inmediaciones de la asencion de los asmoneos al poder. Esto es así a pesar que la accion del libro se ubica en la ciudad de Nínive en un tiempo anterior al retorno del exilio y de la reconstrucción del templo. En el capítulo 13 Tobías señala que Jerusalén es la ciudad donde la majestad de Dios es conocida por todos los pueblos y que la aflicción de la ciudad santa pasará gracias a la misericordia de Dios: ¡Jerusalén, ciudad santa!, Dios te azotará por las acciones de tus hijos y de nuevo se compadecerá de los hijos de los justos (13,9b).
La ciudad santa será reconstruída en el futuro con un gran esplendor cobrando vida por sí misma al modo del templo celestial de acuerdo a las fuentes qumránicas. Fijémonos en las calles de Jerusalén que alaban a Dios.
Bendice, alma mía, al Rey magnífico, porque Jerusalén será reconstruida con zafiros y esmeraldas y con piedras preciosas tus murallas, las torres y baluartes con oro puro. Las plazas de Jerusalén serán pavimentadas con berilo y azabache y piedra de Sufir. Todas sus calles dirán Aleluya! y alabarán diciendo: Bendito Dios que ensalzó todos los siglos (13, 15-18)
Lo que nos interesa constatar en esta entrada es la importancia del templo de Jerusalen en este documento. Este templo tambien sera reconstruído de manera gloriosa y universal:
Confiésate bien al Señor, alaba al Rey de los siglos para que sea reconstruida en ti con gozo su tienda alegrando en ti a todos los desterrados, amando en ti a todos los desgraciados por todas las generaciones, de los siglos. Vendrán a ti de lejos muchos pueblos por el Nombre del Señor tu Dios trayendo en sus manos dones, dones al Rey del cielo. Generaciones sin fin te cantarán vítores (13,10-12).
El libro de Tobías, por lo tanto, se sitúa en la literatura crítica al templo de Jerusalén y a su sacerdocio. No deniegan del templo en sí, pero sí de su actual situación. Al igual que la literatura apocalíptica contemporánea comparará el templo de Jerusalén con un prototipo superior que serviría de verdadero modelo en los tiempos definitivos.
Pero Dios se apiadará nuevamente de ellos, y los devolverá a la tierra de Israel. reconstruirán el templo, no como la primera vez, hasta que llegue el tiempo prefijado. Después volverán del destierro, reconstruirán Jerusalén espléndidamente y reconstruirán el templo como lo anunciaron los profetas de Israel. Y todas las naciones de la tierra se convertirán y temerán a Dios sinceramente; arrojarán los ídolos, que los han engañado con mentiras, y bendecirán como es justo al Dios de los siglos (14,5-7).