El relato de las tentaciones de Jesús en Lucas más que probar que este es el Hijo, lo que ya estaba afirmado desde el bautismo, intenta demostrar quien es Dios y cuales son sus propósitos Las preguntas de Satanás comienzan con «Εἰυἱὸςεἶτοῦθεοῦ» generalmente se traducen con un condicional, «si eres el hijo de Dios…» has esto o lo otro; pero bien se podrían traducir como «ya que eres el hijo de Dios…» has esto y lo otro (Mt 6,30; Stgo 7,23; Rm 6,8). Como las tentaciones se centran en la naturaleza de Dios (quien es Dios en verdad) y en la factibilidad que Jesús lleve a cabo su cometido, esta segunda traducción parece apropiada. Lo que está en cuestión en las tentaciones es si solo Dios es digno de alabanzas y amor por parte del hombre (Dt 6,4-5) o no. La pelea que da Jesús es precisamente en esta linea: demostrar esta verdad veterotestamentaria. Al igual que Moisés y Elías que ayunaron 40 días Jesús se abstiene de toda comida y bebida. Como Moisés y Elías, representa al pueblo de Israel, tentado por Satanás quien quiere desfigurar la imagen del verdadero Dios. «Recuerda el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer estos cuarenta años por el desierto, para afligirte, para ponerte a prueba y conocer tus intenciones, y ver si eres capaz o no de guardar sus preceptos. 8,3: El te afligió, haciéndote pasar hambre, y después te alimentó con el maná –que tú no conocías ni conocieron tus padres– para enseñarte que el hombre no vive sólo de pan, sino de todo lo que sale de la boca de Dios» (Dt. 8,2-3). Todas las tentaciones apuntan a negar la Unicidad del Dios de Israel: «Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es solamente uno» (Dt 6,4). Lo que esta haciendo Satán es tentar a Jesús en el sentido que deniegue de la unicidad del Dios de Israel, que en definitiva reconozca que hay otros dioses.
La primera tentación niega que Dios es el único que provee de alimento, tal como Jesús repitirá en el Padre nuestro («danos hoy el pan de cada día»). De ahí que Jesús responde: » “Οὐκἐπ᾽ἄρτῳμόνῳζήσεταιὁἄνθρωπος.” (Lc 4,4) aludiendo a la experiencia del pueblo por el desierto cuando finalmente fueron alimentados por Dios con el mana.
La segunda tentación pone en duda la soberanía de Dios. «Después lo llevó a un lugar muy alto y le mostró en un instante todos los reinos del mundo. 4,6: El Diablo le dijo: —Te daré todo ese poder y su gloria, porque a mí me lo han dado y lo doy a quien quiero. 4,7: Por tanto, si te postras ante mí, todo será tuyo» (Lc 4,5-7). De acuerdo a Dn 7,13ss solo Dios tiene autoridad sobre su creación Solo es el Rey del universo (ver de nuevo el Padre nuestro). Satanás no puede dar aquello que le pertenece a Dios. De nuevo, Jesús responde con la escritura aludiendo a Dt 6,13: «“Κύριοντὸνθεόνσουπροσκυνήσειςκαὶαὐτῷμόνῳλατρεύσεις.” (Lc 4,8).
La ultima tentación lleva a Jesús al pináculo del templo o alas del templo que representa el lugar de la protección divina. El Salmo 91,4 habla que «bajo sus alas te refugiarás» . Esta protección divina implica que » ordenara a sus ángeles que te guarden en tus caminos» (91,11). Ahora bien, esto no implica conductas estúpidas o suicidas como el saltar desde lo alto. La protección divina entiende la responsabilidad humana, de ahí que Jesús de nuevo responda con la escritura en el sentido que no hay que tentar a Dios (Dt 16,16): «ΟὐκἐκπειράσειςΚύριοντὸνθεόνσου«. (Lc 4,12). Esta ultima tentación ademas de testar la idea de la protección divina, pone a prueba la idea misma del mesianismo de Jesús De acuerdo al Pesikta Rabbati 36, «nuestros maestros enseñaron que en el tiempo cuando el Rey Mesías aparezca, el va a venir y se colocara en el techo del templo. El va a proclamar a Israel, y a va a decir humildemente, «el tiempo de vuestra redención ha llegado! Si vosotros no creéis mirad, mi luz va a brillar sobre vosotros…» Entonces, lo que Satán esta pidiéndole a Jesús es que se revele como el Mesías para que todos puedan conocer la naturaleza y el propósito de su misión La respuesta de Jesús es clara: su misión mesiánica depende totalmente de Dios. Y es que finalmente, Jesús como buen judío reconoce que no puede haber otros dioses excepto Dios. Para mas detalles: Brad H. Young, Jesus the Jewish Theologian, p. 27-34.