Jesús y la Torá Oral (los que escuchan sus palabras)
Antes de practicar la Torá tengo que preguntarme cómo cumplirla en el contexto concreto que me encuentro. De allí que sea tan importante el estudio de la Tora: Como dijo R. Aquiba en Yabné: Grande es el estudio, porque conduce a la acción (Sifre Dt 11,13). Para justificar esta Torá oral tenemos el siguiente texto de la Sifra Lv 26, 14: «Pero sino me escucháis…» (Lv 26,14) [o sea, ni escucháis ] el midrás de los sabios. ¿O se trata más bien de lo que está escrito en la Torá? Cuando la escritura dice…»Y si no ponéis en práctica todos estos mandamientos» (Lv 26, 14), he aquí que se menciona lo que está escrito en la Torá. Pues bien, ¿cómo cumplo la frase: «Pero si no me escucháis?» [comprendiendo que esto quiere decir:] Si no escucháis el midrás de los sabios. El midrás hakamim ilumina y sostiene la práctica de los mandamientos. Algo parecido le hemos escuchado a Jesús y pone en práctica su halaka es como quien construye en un simiente fuerte (Mt 7,24). Es la propia Torá oral de Jesús, su interpretación de la Ley.