Filón de Alejandría sobre los vestidos del sumo sacerdote (2)
Ya hemos visto en varias entradas el significado de los vestidos del sumo sacerdote en Filón de Alejandría (aquí, aquí y aquí ). Profundizando en el mismo tema nos acercamos a otro texto significativo: De Vit. Mos. II 117-135. Los números 117-121 tienen paralelos con De Spec. Leg. I, 84-85.93-94 y De Migratione Abrahami 102-103. En estos textos los vestidos del Sumo Sacerdote representan el cosmos. Tal era la vestidura del sumo sacerdote. Pero no podemos dejar de referirnos al significado de ella y de sus partes (117). Hemos de comenzar con la prenda que baja hasta los pies. Esta túnica, toda ella de color violeta oscuro, es representación del aire, pues el aire es negro por naturaleza y constituye en cierto modo una vestidura que llega hasta los pies, pues se extiende desde las elevadas regiones lunares hasta los confines de la tierra y se expande por todas partes. De allí que también la túnica se extienda en torno de todo el cuerpo desde el pecho hasta los pies (118). A la altura de los tobillos se destacan sobre ella bellotas de granada, flores bordadas y campanillas. Las flores son símbolo de la tierra, puesto que todo cuanto germina y florece procede de la tierra; las bellotas de granadas, que merecen tal nombre por el fluir de su jugo, son símbolo del agua; en tanto que las campanillas lo son del armonioso concierto de estos elementos, ya que ni la tierra sin el agua, ni el agua sin la sustancia terrestre son capaces de producir nada por sí solas, y únicamente se logra tal cosa mediante la unión y combinación de ambas (119). La ubicación de las bellotas de granada, las flores bordadas y las campanillas es un clarísimo testimonio de lo señalado, por cuanto, así como éstas se hallan en los extremos de la túnica que llega hasta los pies, del mismo modo a los elementos de los que ellos son símbolos, es decir, la tierra y el agua, les ha tocado la región más baja del mundo, donde al unísono con la armonía del universo manifiestan sus particulares poderes en períodos determinados de tiempo y en las estaciones apropiadas (120). La túnica, pues, con los objetos adheridos en la parte de los tobillos, es símbolo de los tres elementos, aire, agua y tierra, de los que proceden y en los que viven todas las especies mortales y perecederas. Prueba acabada de ello es el hecho de que, así como la túnica es una sola, también los tres mencionados elementos están incluidos en una sola especie, puesto que todo cuanto existe de la luna hacia abajo se halla sujeto sin excepción a cambios y alteraciones; y de que, así como las bellotas de granada y las flores bordadas penden de la túnica, también la tierra y el agua están, en cierto modo, suspendidos del aire, pues el aire es el soporte de ellos (121).