La transformación del creyente en el Seder Gan´Eden
El Seder
Gan ´Eden es un apócrifo judío de gran interés para nosotros porque nos
muestra la transformación del justo cuando llega al Jardín del Edén. Se dice
que 60 miriadas de angeles están sobre las dos puertas del Edén, y la gloria de cada uno de sus rostros es como la
luz del cielo (AscIs8,20-25; 9,6)
brillando (2Enoc1, 4-5; 19,1; Ap 1,16;10,1; ApPe 15,2; ApZef 6,11) (1,2). En el momento que los justos llegan a estos
ángeles, sus vestidos les son retirados (2Enoc 22,8; AscIs 9,7) y son vestidos en ocho vestidos hechos de
las nubes de gloria (1Enoc 62,15-16; 2enoc 22,8-9; 2cor 5,1-5; 3Enoc 12,
1-2; 18,22). Ellos ponen dos coronas sobre sus cabezas, una de piedras preciosas y
joyas, la otra de oro (b.Yoma 45ª; NumRab 11,3). Luego ponen ochos ramas de mirra en sus manos y alabando le
dicen: “Id, comed tu pan con alegría” (Prique
R. El 4) (1,5). El hombre justo se transforma e incluso los más feos adquieren
una bella apariencia y brillan como el sol (2Bar 51,3; Sifre Deut. 10,47;
LevRab 28,1; Pesiq Rab Kah 8,1; Pesiq.Rab 18,1; Ecl.Rab. 1.3.1) y la noche no se le acerca (3, 1). Por último, y hablando del árbol de la
vida, se nos dice que está en el
medio y su tronco cubre todo el Jardín (2Enoc8,4). Hay 500.000 sabores en él y ninguno es como el otro, y la esencia de
uno no es como el otro (ApPed
16,2-3; 1Eno 29,2; 32,3; “Enoc 8,2). Siete
nubles de gloria están sobre éste. Vientos soplan desde los cuatro costados y
su esencia se esparce desde un rincón del mundo al otro (1Enoc 24,4-25,7;
2Eonc 8,3). Los maestros están bajo el
árbol explicando la Tora (4, 4-8).
Gan ´Eden es un apócrifo judío de gran interés para nosotros porque nos
muestra la transformación del justo cuando llega al Jardín del Edén. Se dice
que 60 miriadas de angeles están sobre las dos puertas del Edén, y la gloria de cada uno de sus rostros es como la
luz del cielo (AscIs8,20-25; 9,6)
brillando (2Enoc1, 4-5; 19,1; Ap 1,16;10,1; ApPe 15,2; ApZef 6,11) (1,2). En el momento que los justos llegan a estos
ángeles, sus vestidos les son retirados (2Enoc 22,8; AscIs 9,7) y son vestidos en ocho vestidos hechos de
las nubes de gloria (1Enoc 62,15-16; 2enoc 22,8-9; 2cor 5,1-5; 3Enoc 12,
1-2; 18,22). Ellos ponen dos coronas sobre sus cabezas, una de piedras preciosas y
joyas, la otra de oro (b.Yoma 45ª; NumRab 11,3). Luego ponen ochos ramas de mirra en sus manos y alabando le
dicen: “Id, comed tu pan con alegría” (Prique
R. El 4) (1,5). El hombre justo se transforma e incluso los más feos adquieren
una bella apariencia y brillan como el sol (2Bar 51,3; Sifre Deut. 10,47;
LevRab 28,1; Pesiq Rab Kah 8,1; Pesiq.Rab 18,1; Ecl.Rab. 1.3.1) y la noche no se le acerca (3, 1). Por último, y hablando del árbol de la
vida, se nos dice que está en el
medio y su tronco cubre todo el Jardín (2Enoc8,4). Hay 500.000 sabores en él y ninguno es como el otro, y la esencia de
uno no es como el otro (ApPed
16,2-3; 1Eno 29,2; 32,3; “Enoc 8,2). Siete
nubles de gloria están sobre éste. Vientos soplan desde los cuatro costados y
su esencia se esparce desde un rincón del mundo al otro (1Enoc 24,4-25,7;
2Eonc 8,3). Los maestros están bajo el
árbol explicando la Tora (4, 4-8).