Tipología como medio interpretativo en el A.T y N.T.
Algunos héroes del A.T. o historias de éste se pueden interpretar topológicamente desde el N.T. o desde autores posteriores. El descender a Egipto y la posterior liberaci[on representa el climax de la historia. La conquista de la tierra prométida, el período de los Jueces, la monarquía, David y Salomón, la construcción del primer templo, y la infedilidad de los reyes posteriores giran siempre en torno al tema de la Alianza, las promesas (tierra y descendencia) y las consecuencias de la desobediencia. Esta historia tipológica se narra de distintas maneras: Sirca 44-50 y 1Mac siguen su propio derrotero o punto de vista, pero siempre con el mismo fondo. Tal como lo expresa Jub cuando Isaac se dirige a Esau y Jacob: Recordad al Señor, mis hijos, al Dios de Abraham vuestro padre, y como yo lo hice también mi Dios y le serví en justicia y alegría, para que Él pudiese multiplicaros y acrecentará vuestra descendencia hasta que llegaséis a ser como las estrellas del cielo, y para que Él os pudiese establecer en la tierra como planta de justicias que no será desraízada nunca. Por ejemplo, Noé sigue el patrón de Adán, y la intención de este personaje es precisamente llevar a cumplimiento lo que Adán no pudo realizar. Noé, sin embargo, al pecar vuelve a repetir la suerte de Adán, y abre las puertas a que en el futuro aparezca otro personaje con las mismas características pero que efectivamente tenga éxito. El mismo tipo de tipología la encontramos en algunas profecías. Cuando estas se cumplen suelen dejar alguna puerta abierta para un cumplimiento aún más acabado en el futuro. El ejemplo clásico es el «día del Señor», el que de alguna manera se realiza en las profecías de Joel, pero que sin embargo los detalles y la realización final quedan pospuestos a futuro. Otro ejemplo es Os 11,1 (Desde Egipto llamé a mi hijo) que hace referencia al Éxodo de Egipto, pero que Mt toma para explicar que dicha profecía se realiza de manera completa con Jesús (Mt 2, 15). Lo mismo Jn 19,36 que entiende el hecho que a Jesús no se le hubiesen rotos los huesos en la crucificción como la plenitud de las profecías de Ex 12, 46 y Nm 9, 12 respecto al cordero pascual. Pero la tipología va más allá de las profecías, como decíamos más arriba se relacionan con personajes bíblicos como Adán, Noé, los jueces, Saúl, David etc. que son como anuncios de lo que vendrá a futuro. Pongamos el caso de Joshua, quien se eleva como un segundo Moisés que debe llevar al pueblo a la tierra prometida, prototipo, a su vez, del futuro cumplimiento de promesas aún mayores. Ya hemos dicho que Adán es prototipo de Noé, quien, a su vez, al desobedecer a Dios, se transforma en prototipo de algún futuro segundo Adán (Cristo). El contexto donde aparece Noé, el diluvio, tiene claras reminiscencias de las aguas del Gn 1. La redención de Israel de Egipto también sigue el patrón de la creación de Gn 1. El retorno de Israel de Babilonia también sigue el patrón de una nueva creación al modo de la primera. La segunda generación de Israel cruzando el Jordán es al modo de la primera generación cruzando el mar rojo, y al modo cómo el Israel regresa de Babilonia representando un nuevo éxodo. El tabernáculo, el templo, y el segundo templo, a su vez, son tipologías del paraíso. Todo estos elementos prefiguran, desde la hermenéutica cristiana, a Cristo y a la Iglesia, imagen de la nueva creación, el éxodo final, y el último templo. (Handbook on the New Testament use of the Old Testament: Exegesis and Interpretation, posición 449-618).