Pan de Vida en Jn 6 y JosAs
Existe una expresión en común entre José y Asenet y Jn, el pan de vida. En el apócrifo la expresión pan de vida se acompaña de otras como copa de inmortalidad y ungüento de incorrupción (8,5-7; 15,5; 16,6). También encontramos el paralelo, copa de inmortalidad (8,9;19,5; 21,21). El lenguaje referido a la comensalía cumple distintas funciones en este texto. Una de ellas es la de distinguir al Judío que adora al Dios verdadero y que por lo tanto posee la vida, de los gentiles idólatras.Es por esto que José exclama: A un varón piadoso, que bendice con su boca al Dios vivo, que come el pan bendito de la vida, bebe la copa bendita de la incorruptibilidad no le está permitido besar a una mujer extranjera, que bendice con su boca imágenes muertas y mudas, come de la mesa de los ídolos carnes de animales ahogados, bebe la copa de la traición procedente de sus libaciones y se unge con la unción de la perdición (8,5). Por lo tanto, la copa de la inmortalidad y el pan de vida representa el alimento de los vivos, de los que conocen al Dios verdadero, al pueblo de Israel. En Jn el que come del pan de vida también vivirá para siempre. Asenet come del panal que no es otra cosa sino la comida de los ángeles de Dios en el paraíso y comparte así su inmortalidad (16,14). La tradición sobre que el maná era alimento de los ángeles no sólo está atestiguada en este apócrifo. Mencionemos el texto masorético al Sal 78,24ss donde el maná es descrito como el pan de los seres poderosos, que los LXX traduce como de los ángeles. Ver también que esta idea está implícita en Sab 16, 20-23. Esta transformación se ejemplifica con los vestidos que se puso, brillantes como como un relámpago (18,3). Otra semejanza es que en ambos los efectos de la inmortalidad, de alguna manera, ya se experimentan desde el presente. La inmortalidad, en ambos casos, es el efecto de un proceso de conversión. En Jn 5,24-25 leemos: Les aseguro que quien oye mi palabra y cree en aquel que me ha enviado tiene vida eterna y no es sometido a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida. Les aseguro que se acerca la hora, ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán. Otro paralelo importante es la mención al maná del desierto que en JosAs se relaciona con el panal que el ángel le da a la mujer y en Jn con el pan de vida. Les aseguro, no fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. 6,33: El pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo (Jn 6,32-33). Yo soy el pan de la vida: el que viene a mí no pasará hambre, el que cree en mí no pasará nunca sed. 6,36: Pero ya les he dicho: ustedes [me] han visto y sin embargo no creen (Jn 6,35-36). Por último mencionemos también que en JosAs el pan de vida está relacionado con la Torá, por ello Asenet reconoce en su oración: Pequé, Señor, pequé; falté a tu ley y a tu veneración (12, 5). En Jn 6 también se relaciona al maná con la Torá al reconocer que fue dada por Moisés. Pero la conclusión es otra, Jesús se contrapone con el maná dado por Moisés (la Ley) la que no puede dar vida (6,48-51): Yo soy el pan de la vida. 6,49: Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron.6,50: Éste es el pan que baja del cielo, para que quien coma de él no muera. 6,51: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá siempre. Para más detalles: Randall D. Chesnutt, «Bread of Life in Joseph and Aseneth and in John 6», en Johannine Studies, Essays in Honor of Frank Pack (Ed. J.M. Priest), Pepperdine University Press, p. 1-16