Creación y Alianza: Aspectos Generales (2)

La Alianza pone delante del pueblo la vida o la muerte. Es un esquema simple, pero de un significado más profundo que el aparente. De nuevo el relato de la creación del Gn es fundamental. Dios es el único que puede generar vida, bondad, o sabiduría. Esa es la realidad. El camino propio del hombre es la tontera y la incredulidad. Es el camino que lleva Israel a la perdición. El camino del hombre es el de la carne, el dolor y el mal. El camino de los propios pensamientos, la violencia, los pecadores etc. El camino de Yavé es el del espíritu, la inocencia, la piedad y la sabiduría. Este es el camino de la vida y la muerte, la opción de un David o un Salomón. O en palabras de Job: Un árbol tiene esperanza: aunque lo corten, vuelve a rebrotar y no deja de echar renuevos; 14,8: aunque envejezcan sus raíces en tierra y el tronco se esté pudriendo en el suelo, 14,9: al olor del agua reverdece y echa follaje como planta joven. 14,10: Pero el varón muere y queda inmóvil, ¿adónde va el hombre cuando expira? (Job 14, 7-10). Josue también nos pone ante este dilema existencial poniéndolo en relación a la Alianza: Que el libro de esa Ley no se te caiga de los labios; medítalo día y noche, para poner en práctica todas sus cláusulas; así prosperarán tus empresas y tendrás éxito (1,8). Moisés es un buen ejemplo de quien sigue el camino del Señor. No es un hombre muy clever, no tiene capacidad de hablar en público, no quiere liderar, rompe las tablas de la Ley cuando se enoja…es un ser humano, que sólo deja actuar a Dios (Ex 18). Como lo indica el mismo Moisés en su discurso de despedidaAhora, Israel, ¿qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que respetes al Señor, tu Dios; que sigas todos sus caminos y lo ames; que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma; 10,13: que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien. O en las palabras del mismo Josue: Cumplan a la letra los mandatos y leyes que les dio Moisés, siervo del Señor: amar al Señor, su Dios, caminar por sus sendas, cumplir sus mandamientos y mantenerse fieles a él, sirviéndolo con todo el corazón y toda el alma. Esdrás también es un segundo Moisés, pero con sus particularidades, es un representante de la ley oral, como lo es Nehemías de la ley escrita que la lee delante del pueblo. Otro personaje que representa al compañero de Yavé y un ejemplo de fe y justicia es Abraham. Esto es especialmente cierto en el test que supera en Gn 22. Cuando viaja con su hijo para ofrecerlo en sacrificio como Dios le había pedido, el niño pregunta, ¿Dónde está el cordero? El tono de la pregunta nos recuerda a la celebración de la Pascua cuando los niños preguntan: Y cuando entren en la tierra que el Señor les va a dar, según lo prometido, deberán seguir celebrando este rito. 12,26: Y cuando sus hijos les pregunten qué significa este rito,12,27: les responderán: es el sacrificio de la Pascua del Señor. Él pasó en Egipto, junto a las casas de los israelitas, hiriendo a los egipcios y protegiendo nuestras casas (Ex 12.25-27). Es la lealtad y la total confianza en Dios que definen a Abraham. Ser judío significa estar ligado a través de una Alianza con Dios como uno lo es con un patrón. Total confianza porque Él es lo único cierto y real. Dios es el único que da la vida y la sabiduría (la Torá), la tierra, una vida larga, y descendencia.  El justo no es quien cumple la ley, es antes que esto, quien comprende esta realidad existencial. En el mundo semítico esta realidad es la constatación que somos siervos de un Dios incognoscible a pesar de la representación física que hagamos de Él. El libro de la Alianza (Ex 21, 2-11), el Código de santidad (Lv 17-26) y otros (Dt 12-26; Ex 20, 2-17; Dt 5, 6-21) no son más que expresiones de tradiciones sapienciales que subraya la ascendencia divina. Dios como lo único real, Dios como el patrón, como el único que da vida (espíritu) esas son las claves. 

Estos personajes contrastan con otros, además de Adán, como el rey Saul quien a pesar de ser un buen rey falla en lo más importante: hacer la voluntad de Dios. La cuestión, es dejarse ser como un árbol que es cultivado con amor y cuidado por Dios, que se erige en el Edén donde Dios es el jardinero (Salm 1). Veamos también el Salmo 92,12-14: El justo florecerá como palmera, crecerá como cedro del Líbano,92,14: plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios. Para más detalles: The Mythic Past, p.240.

Tomás García-Huidobro

Sacerdote Jesuita, Doctor en Teología Bíblica.